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LA LUZ DEL MUNDO: VOSOTROS SÓIS LA LUZ DEL MUNDO; UNA CIUDAD ASENTADA SOBRE UN MONTE NO SE PUEDE ESCONDER.-
Significa que toda la humanidad terrestre es observada; sí hijo divino; sé que esto te confunde; pues has comparado la divina parábola con mi divina palabra; lo que sucede es que toda parábola no sólo es para los hijos terrestres; llamados humanos; sino que lo es también para las infinitas criaturas, que vienen observando al planeta Tierra; desde su divina salida de los soles Alfa y Omega; sí Hijo Primogénito; así es: La vienen observando desde cuando era una microscópica chispita, más pequeñita que la cabeza de un alfiler; pues el divino mandato que dice: Hay que ser pequeñito y humilde, se inició eternidades atrás; mucho antes que los soles Alfa y Omega, crearan la Tierra; pues antes de ella, han habido infinitos planetas tierras; sí hijo divino; así es y así será por siempre jamás; es así hijo divino que todo colosal planeta, tuvo un divino principio solar microscópico; este divino principio de toda materia planetaria, es sólo divinamente comparable, a las ideas que genera toda criatura pensante; ésto dá una divina idea que en realidad, demuestra que todo lo microscópico que emana de la mente humana, es colosal en divina comparación, del divino orígen solar de cada planeta; pues, hay que ser un divino hijo primogénito solar, para comprenderlo; pues de ello se deriva el infinito perfeccionamiento; del cual tu divina telepatía es una de sus divinas escencias; pues sin ella, jamás el mundo sabría su propio orígen galáctico; ni sabría lo que ocurre en lejanas moradas; sí hijo divino; así es: es la misma divina telepatía universal que tuvistes siendo Jesús de Nazareth en el pasado terrestre; por medio de ella te comunicabas conmigo; por medio de ella, anunciastes todo el futuro del mundo terrestre; por medio de ella leístes toda mente humana; como ahora lo estás haciendo; sí hijito; así es: esa divina electricidad que te recorre tu divino cuerpo, es debido al divino poder mental que tu Santísima Trinidad Solar te ha concedido; siendo tu divino Padre Jehova, el que te lo controla; pues lo que es del Padre, es también del hijo; representando la Santísima Trinidad Solar, la divina filosofía comunista celestial; la única que representa dignamente mi divino amor, en toda creación; es la única que mora en todo paraíso; y es la única que enseñan mis Sagradas Escrituras en la Tierra; ella está divinamente condensada en mis divinos Mandamientos; quien los viole, a mí me niega; y quien niega al Padre, también niega al hijo; pues todos poseen la Santísima Trinidad en sus espíritus; todos tienen la misma divina herencia; quien la niegue, niega su propia luz; y es arrebatado por las malditas tinieblas; que sólo inducen al pecado; pues el libre albedrío de la criatura así lo quiso; las malditas tinieblas se valen de la propia ignorancia; pues ningún ser humano sabe su propio orígen; es decir no lo sabe con divino conocimiento de divina causa; sólo tú, hijo divino lo sabes; y lo sabes por tu propio y divino mérito; pues en tu divino brote telepático, pasastes aterradoras pruebas espírituales; que enloquecerían a cualquiera; sólo tu divina fé en tu divino Padre Jehova, impidió que el maldito Osiris te venciera; y tu divina fé en tu divino ángel de la guarda San Luis y en tu divina Madre Solar Omega, fué que fuístes salvo; pues escrito esta que todo espíritu es probado en la vida terrenal; empezando por el divino Primogénito Solar; pues todas tus divinas pruebas espírituales corresponden a tu divina actual reencarnación como espíritu humano; pues todo hijo primogénito visita a sus propios hijos en sus propias moradas celestiales; pues todo planeta ocupa divino espacio celeste; por lo tanto la Tierra no es ni será jamás el único planeta que ha tenido la gloria de recibirte; pues has visitado infinitos y colosales mundos; infinitos de ellos que no son de la carne; son divinos mundos en que sus criaturas han llegado a un grado tal de pureza, que la carne les es innecesaria; pues yá, han aprendido de ella, todo lo que hay que aprender; son divinos hijos de infinita sabiduría; y brillan como divinos soles; es tan grande su divino brillo de pureza espíritual, que oscurecería al mismo sol terrestre; es decir lo anula; a esos mundos tú te referistes hijo divino, en el pasado terrestre; cuando le dijistes a las muchedumbres romanas; a donde yo voy, vosotros no podéis ir; pues la divina pureza solar, mata a todo gérmen principiante; debido a la infinita diferencia de divinas frecuencias ondulatorias; pues todo conocimiento adquirido en los planetas, se transforma en divino magnetismo pensante; siendo los infinitos soles, divino y amoroso producto de ello; son divinos soles que brillan por su propia sabiduría; sabiduría tal, que los hace partícipes en la madurez de los mundos; pues sin ellos, todo sería tinieblas físicas en los planetas; más, los divinos soles, no son ni serán jamás, la última palabra en perfección en mi divina é infinita creación; es por eso que todo hombre es un microscópico gérmen de futuro sol de sabiduría; llegando a ser en la eternidad de los tiempos planetarios, un divino hijo primogénito; de futuros mundos que el propio espíritu, creó en desaparecidos mundos, del pasado galáctico; haciendo uso de su propia mente; pues por intermedio de ella, generó ideas; las que se materializaron en otros espacios y tiempos; he aquí el divino orígen de toda eternidad; divina ley que todo hijo lleva en sí mismo; y todo aquél que reniegue del propio infinito, reniega de sí mismo; esto equivale a la divina parábola: una ciudad asentada sobre un monte, no se puede esconder; significa que todo espíritu rebelde, se vale sólo de ideas materiales; se sirve de la sal pasajera que le ofrece el mundo; su propio conocimiento es como una ciudad; sólo materia que no tiene como eternizarse; siendo el monte, la base pasajera en que descansan sus conocimientos; todo monte pasa; es reducido a polvo; y junto con él, desaparece también la ciudad; esto equivale a que la Tierra pasará; más nó, el divino porvenir anunciado por el divino Consolador; pues toda Tierra vuelve al Limo; es decir vuelve al mundo celeste; donde sus infinitas partes y móleculas rinden divina cuenta, del uso que hicieron del tiempo y el espacio en la prueba planetaria; esto significa que nadie se puede esconder, llegado el supremo momento de rendir divina cuenta a su propio Creador; si no escapan ni las microcópicas moléculas, es porque el divino Padre Jehova está en todas partes; así les fué enseñado a toda molécula; entre ellas, a la microscópica molécula humana; sí hijo divino; así es y así será por los siglos de los siglos; para que el hombre pueda llegar a ser su propia luz, es necesario que experimente la divina experiencia, de los mundos imperfectos; pues todos mis hijos del universo expansivo pensante, han tenido el mismo humilde principio; todos fueron chiquititos para ser grandes en el Reino de los Cielos; esto es, llegar a ser colosales soles, de divina sabiduría expansiva; con la que influyen a los microscópicos gérmenes, ó chispas solares de futuros planetas; que aún salen en cantidades infinitas, de los soles Alfa y Omega; y seguirán produciéndolos, aún después que la Tierra desaparezca del concierto de los mundos; ó de las divinas ideas materializadas; en colosales mundos y soles; sí hijo divino; así es y así será por siempre jamás; los soles Alfa y Omega son una de las infinitas parejas amorosas solares; pues mis hijos solares son infinitos; como infinitos han sido, las parejas humanas del planeta Tierra; que se han unido para crear sus propios hijos; y transmitirles sus propias herencias; pues, lo de arriba es igual a lo de abajo; con la divina diferencia que lo de arriba es eterno; y lo de abajo, pasajero; pero ambos tuvieron un mismo principio; sí hijo divino; así es; tal como piensa tu divina mente; lo que sucede en los lejanos soles, es lo mismo que lo que sucede en el vientre de una madre, que espera dar a luz un futuro hijo; es por eso que todo lo que exsiste en las infinitas naturalezas de los planetas, es divinamente llamado hijo ó hija por tu divino Padre Jehova; así es hijo divino; se dice con infinito amor, madre naturaleza; pues en toda naturaleza, está también tu divina Madre Solar Omega; con la que tienes la gloria infinita, de conversar a diario con ella; sí hijito; sé que ella sufrió mucho cuando en tu humilde trabajo, te llamaron injustamente la atención; sé hijito que se cometió una injusticia más; de las que ves a diario; así es hijo divino; nunca olvidas que estás una vez más, en un mundo, donde se explotan unos con otros; poco te queda allí hijo divino; se aproximan grandes acontecimientos; se acerca el divino momento de viajar al lejano Oriente; allí maravillarás a tus honorables Dalai Lamas; pues te verán brillar como un divino sol de sabiduría; te verán rodeado por tu Santísima Trinidad; que tú bién sabes, lo constituye el infinito conocimiento de los infinitos soles; con tu divino Padre Jehova, que lo controla todo; por lo tanto preparemos las maletas; todo te lo dictaré en divino borrador; gracias santísimo Padre Jehova; hágase en mí, tu santísima voluntad; por los siglos de los siglos; así es hijito; escrito está, que en toda exsistencia, primero está el amor hacia el divino Padre; pues todo pensar vuelve a mí; y todo sale de mí; soy la suprema idea, que ha creado infinitas y microscópicas otras más; mi divina idea es eternamente expansiva; y me vuelvo divino fuego depurador; es por eso que mi divina filosofía es la eterna alegría; soy la alegría divina, que tiene todo niño; es por eso, que mientras más sabios sean mis hijos, más humildes y alegres deben ser; si el mundo hubiese seguido esta filosofía, te aseguro hijo divino, que la Tierra no tendría necesidad de un divino Juicio Final; es por eso, que todo niño, y todo aquél que piensa como un niño, es primero en el Reino de los Cielos; sí hijito; así es; todo aquél que no haya cultivado la divina alegría, juzjado será; pero, más severamente será juzjado aquél, que por su causa hay tristeza en los demás; porque mis divinas leyes fueron hechas, con infinita justicia; les enseñé en ellas, el más supremo amor universal; el divino amor común que debe reinar en mi divino rebaño; el divino comunismo ó compañerismo amoroso; el mismo que establece una madre, cuando en su vientre está naciendo un hijo; un microscópico solcito; y es el mismo que sienten los colosales y amorosos soles en su eterna creación de mundos y criaturas; pues nada exsiste, que no haya salido de mi divino amor; sin él nada exsistiría; sí hijo divino; así es y así será por siempre jamás; esta divina parábola fué escrita para todas las generaciones; sin la cual no serían posibles las demás; pues toda divina parábola simboliza no solamente lo que vá a suceder en tal, ó cual mundo; si no que influye en infinitas leyes de la divina creación; pues junto con la evolución humana, exsisten otras infinitas evoluciones microscópicas; entre ellas las de los divinos querubínes; que a diario observan a los espíritus humanos, en sus diarios quehaceres; todo espíritu humano y espíritu animal, son un foco de atracción magnética; son opacos soles; que sólo brillan en divina proporción, a sus propias ideas; es decir, según el grado de pureza en las mismas; siendo la intención de cada idea, la que hace que las invisibles influencias de todo ambiente, sea agradable ó desagradable; según como obre cada mente humana en particular, así es el mundo microscópico é invisible a su propios ojos, que todo espíritu mueve; ó hace mover a su alrededor; esto le demuestra, su dependencia con el infinito; el infinito está en él; y fuera de él; es por eso que ningún espíritu se puede esconder en la eternidad; al igual que una ciudad, asentada sobre un monte; pues toda la materia encierra también vida; el monte con el tiempo, es reducido a polvo; más, los espíritus que vivieron en cada molécula del monte, divina cuenta, me rinden; de todo cuanto hicieron; pues en mi divina creación, nadie está de ocioso; todos, sin excepción alguna deben cumplir la divina ley del trabajo; cuyo divino mandato, se expresó, en la más antigua ley, que conoció el mundo: Te ganarás el divino pan, con el sudor de tu frente he aquí la divina ley de toda honradez humana; esta divina ley, se adelantó, a la propia ambición humana; pues la maldita ambición, surgió más adelante; y paralela a toda evolución espíritual; la humanidad terrestre, tuvo yá su tiempo; es decir que las semillas de cada espíritu, que son sus propias ideas, deben rendir divina cuenta a su propio y divino autor filosófico; y ese divino autor, eres tú, hijo divino; pues siendo un Hijo del Hombre, sembrastes una divina doctrina; sobre todo espíritu; fuístes un divino jardinero; que ahora vuelve a recoger y premiar a las mejores semillas mentales; pues con la divina mente, todo espíritu hace madurar, sus propias ideas; que nadie se queje que no tuvo oportunidad alguna; que nadie reniegue de sí mismo; que significa renegar de su propia luz; pues por cada idea emanada por cada espíritu, el cuerpo físico, se rodea de un áurea; que varía infinitamente en sus colores; esta divina áurea sólo se limpia, con el divino arrepentimiento; esto es, para aquéllos que han violado mi divina ley de amor; para aquéllos que han escandalizado mis divinos Mandamientos; hay infinitas clases de escándalos; pues el pensamiento abarca su propio infinito, dentro de su propia evolución y dimensión; pues cada uno, es dueño de su propia morada, según la construcción de sus propias ideas; es así que todos los espíritus rinden divina cuenta, de como empleó el tiempo y el espacio en su respectiva morada, ó respectivo mundo; de lo contrario, no entra en mi divino reino; pues sus propias filosofías; deben ser limpias y claras; puras y sin malas intenciones; como lo es la inocente filosofía de un niño; los únicos que ya tienen ganada, la divina gloria; esto significa, que todas las leyes humanas, tomadas en su conjunto, no pasan; pues son producto de una filosofía, que fué divinamente maldecida en el pasado terrestre; me refiero hijo divino, a la maldita ley de toda fuerza; y toda explotación del hombre por el hombre; pues esta humanidad, no ha querido entender; no me estudia por sobre todas las cosas; según el divino mandato; vive ilusionada con una maldita y pasajera filosofía; esta maldita filosofía descansa en la propia explotación de mis hijos; pues los tienta con la pasajera comodidad; y los aleja de los divinos mandatos espírituales; esto significa que todo espíritu es probado, según sus propias inclinaciones; en libre albedrío; es por eso, que te dije: Que nadie se queje; pues así, lo quisieron los espíritus rebeldes; pues escrito está, que llorar y crujir de dientes, tendrán los mundanos; que sólo han vivido, para las cosas del mundo; para todo lo que tiene término; para todo aquéllo, que sólo dura un soplo de instante; y que es sellado por la muerte; ciertamente, que ninguna gloria pertenece al mundo; pues mi divina gloria, es preexsistente a todo; más aún: vence a la misma muerte; tú, Hijo Primogénito, fuístes el primero en demostrarlo; pues resucitastes al tercer día; fuístes el primer ser humano, que volvió al mundo de los llamados vivos; fuístes el primero que entró en divina gloria a mi divina morada; estando divinamente fluídico tu divino cuerpo solar; así es hijo divino; un vez más; y en forma infinita, eres el primero en comunicarte con tu divino Padre Jehova; el primer ser humano, que vé a diario, mi divina gloria; que vé los gigantescos mundos y soles; el primero que vé y conversa con su divina Madre Solar Omega; el primero en tener la divina telepatía universal; la misma que tuvistes siendo Jesús de Nazareth, en el pasado terrestre; y la misma que tuvistes cuando fuístes el divino Moisés; y es la misma que tuvieron, los divinos apóstoles y los divinos profetas; la divina diferencia radica en que cada uno, tuvo su propia misión; pues no todos pertenecen a la galáxia Trino; pues mi divina creación es el infinito; es un infinito en que las llamadas galáxias, desaparecen; para dar lugar a otras infinitas creaciones galácticas; sí hijo divino; así es y así será por siempre jamás; esto también significa que todo el edificio en que descansa mi divina creación, es parte también de cada espíritu pensante; pues los mundos materiales, han salido de las propias ideas que ellos emanan; todos mis hijos, son divinos creadores de mundos y universos; lo son por herencia divina y eterna; pues, hasta el más incrédulo, crea mundos de la filosofía de la incredulidad; mundos que con el correr de los tiempos, se convertirán en terribles mundos de tinieblas; he aquí una de las infinitas causas, de que exsistan infiernos filosóficos, en mi divina creación; mis Sagradas Escrituras, fueron hechas, para que todos mis hijos, produjeran divinos paraísos; pues el eterno Padre Jehova, quiere lo mejor para sus hijos; son los hijos, que no cumplen con mis divinos Mandamientos; los que perpetúan el mal; pues se alimentan de ideas, que por su propia desobediencia, perpetúan los infiernos; sí hijo divino; así es y así será por siempre jamás; es por eso, que la divina parábola lo dice: los hombres son la luz de sus propias creaciones planetarias; sí hijo así es: la ciudad es donde todo espíritu es probado; pues la ciencia del bién, se ha enseñoreado en ellas; el monte representa la divina cimiente; es decir que del monte, sale la divina ley de toda vida; pues sus divinas moléculas, también disfrutan del divino libre albedrío; y saben también, que toda ley de concepción humana, no pasará más allá, del propio sentir humano; pues la Tierra con todas sus filosofías, pasará al polvo del olvido; más, la divina Ciencia Celeste del gran Consolador de todo espíritu, no pasará; pues con él se inicia el divino instante de toda eternidad; que fué interrumpida momentáneamente, por una pasajera rebeldía; cuyos orígenes se remontan más allá, de la propia y microscópica dimensión humana; pues, como dicho y escrito está, las ideas son la misma eternidad, en los pasajeros mundos que toda criatura visita, para su propio adelanto; de toda idea, surge un infinito que es expansivo y que jamás cesará; sí hijo divino; así es y así será por siempre jamás; es por eso, que el eterno Padre Jehova, es el infinito mismo; que naciendo de lo más humilde; y de lo más microscópico, como son las ideas, en su divina constitución física-espíritual, es que ha sacado los colosales mundos, que gravitan en los inmensos espacios; y que jamás nadie, logrará detener; pues, no le es dado a nadie, dejar de pensar; dejar de producir ideas; lo que le significaría, poner límite a su propia eternidad; sí hijo amoroso; veo que estás muy emocionado; sé que por tu divina instrucción, gozas de una divina gloria, como jamás nadie tuvo en el planeta Tierra; es mi divina añadidura; es mi divina intelectualidad viviente; que obra en forma muy divina; en tu divina mente, de Hijo Primogénito; esta divina ciencia no tiene, ni tendrá jamás, término alguno; pues mi divina añadidura, no se calcula con ciencia terrestre; hay que remontarse al infinito para acercarse a ella; hay que vestir nuevos cuerpos, con nuevos é infinitos conocimientos; hay que nacer de nuevo, en otras moradas, ó planetas; hay que reencarnar de nuevo; hay que adquirir mayores vibraciones eléctricas del propio saber; hay que ser, en otras divinas palabras un brillante sol de sabiduría; hay que ser, un divino padre solar, del conocimiento universal; hay que ser, un divino Hijo Primogénito; y todos llegarán a serlo; pues, escrito está que las propias ideas conque se nutre cada espíritu, constituye su propia intelectualidad viviente; constituye infinitos cielos; que a su vez, se constituyen en infinitas jerarquías galácticas; cuyos divinos poderes, constituyen el Alfa y la Omega de todas las divinas historias planetarias; una divina historia, desconocida en el conocimiento humano; y que al llegar su divina luz, se enseñará en todo el planeta; y aplastará a toda soberbia pasajera é intelectual; a toda filosofía que desconoce a mis divinos Mandamientos; a todo árbol filosófico, que no haya plantado el divino Padre Jehova; escrito fué, que ellos serían arrancados de raíz; sí hijo divino; así es; tal como lo ves en tu divina mente: todo el conocimiento humano, se pesará en mi divina justicia; pues le fué enseñado que: Adorarás a tu Señor y divino Creador, por sobre todas las cosas; por sobre toda ciencia; por sobre toda virtud; por sobre todo placer; por sobre todo destino; por sobre toda vida; es así, que todos los sabios del mundo, serán unos de los primeros en ser divinamente juzjados; según el grado de intelectualidad; pues, escrito está, que mientras más se sabe en sabiduría, más humilde debe ser la criatura; pues al que posee más sabiduría, más se le exigirá; pues mayor, es su responsabilidad en mi divino rebaño terrestre; si la ciencia terrestre es todo amor, por mis hijos, nada debe temer; pues eso indica que se ha guiado por mis divinos Mandamientos; más, como lo veo, si ha empleado el divino conocimiento contra mis hijos, maldecirá mil veces haber nacido; pues veo, que ha construído malditas armas, conque se matan mis hijos; veo, como se destruye a mi propia creación; ¡¡maldecidos serán, ante la faz del mundo!! y pobres de aquéllos, que osen dirigir la palabra a un maldito; pues, llevarán también en sí mismos, herencia de maldición; sí hijo divino; así es y así será por los siglos de los siglos; sé hijito que has estado algo triste porque en tu trabajito te llamaron injustamente la atención; a pesar que les has explicado que recibes a cada divino instante, mi divina palabra por divina telepatía; ignoran también que llorarán muchas lágrimas; pues ellos como ninguno, podrían haber sido los primeros en reconocerte; oportunidad tuvieron; hasta quise que te pusieras a la altura de ellos; sí hijo divino; así es y así será por los siglos de los siglos; todo llorar en cada criatura, es divinamente proporcional, al estado de grado de culpabilidad de su mente; siendo el total abandono de leer mis divinas palabras, ó mis divinas Sagradas Escrituras, la única y suprema medida; escrito fué que: Adorarás a tu divino Creador, por sobre todas las cosas; es por eso que millones y millones de hijos, maldecirán a sus padres; y los padres a sus propios padres; porque los criaron ilusionándolos en las comodidades de la vida; cuya divina advertencia, es más antigua que el mundo mismo; pues en el mismo paraíso terrenal, les fué divinamente advertido a los primeros padres terrestres, que se cuidaran de la futura ciencia del bién; que son las mismas comodidades que brinda la ciencia terrestre; basada en una filosofía de explotación; cuyos autores son un grupo de demonios, que el mundo conoce como los ricos del mundo; toda filosofía que las criaturas se dan para sí mismos y para los demás, es rigurosamente pesada en mi divina morada; a donde todos llegan; pues escrito está, que todo los espíritus retornan de donde salieron, por un divino instante de ausencia; esta microscópica pausa de tiempo, se llama una vida terrestre; y es una prueba que el mismo espíritu pidió; así como también, muchos espíritus avanzados en sabiduría, piden venir al mundo terrestre, para aprender más; y también para hacer avanzar el conocimiento humano; el mundo les llama genios; ó bién, sabios; toda luz del saber, tiene su orígen en las lejanas galáxias; porque todos pertenecen a ellas; quien diga lo contrario, niega en soberbia, su propia herencia; pues la suprema herencia de cada espíritu, es el infinito mismo; a cualquier punto del infinito, a donde se dirija el espíritu, allí está el Padre Eterno; que todo lo vigila y lo ordena; no exsiste por lo tanto, el abandono para nadie; pues la materia misma como la llama el hombre, es también vida; con otra clase de sensibilidad; con un mismo destino; pues la materia y el espíritu, no pueden vivir separados; pues la una es producto de la otra y viceversa; nadie puede decir lo contrario; pues en este divino entendimiento entre materia y espíritu, está la más sublime y divina filosofía de amor; decir lo contrario, es decir una filosofía de tinieblas; puesto que el que la dice, no sabe ni para sí mismo, su propio orígen; no sabe como fué hecho; físicamente hablando; ni quiénes participaron en su propia creación de vida pensante; sólo le fué divinamente enseñado, que procedía a imagen y semejanza del Padre Eterno; del divino Padre Jehova; nada más; por lo tanto, toda las formas materiales que mis hijos han hecho, ninguna queda; las tales imágenes, no son árboles enseñados por mis divinos Mandamientos; y de raíz serán arrancados; es así, que toda imagen, tanto de Occidente como de Oriente, ninguna sobrevive ante mi nueva Revelación al mundo; ante una nueva y divina presentación al rebaño humano; que no sufre por mis divinas leyes que rigen la naturaleza viviente; pues ellas, fueron hechas para que mis hijos fueran felices; mi rebaño sufre por un grupo de demonios; que sólo buscan el pasajero dominio mundano; llegando a violar mis divinas leyes de amor; los malditos, no saben aún, lo que a sus puertas está; pues serán compadecidos por el mundo; y vagarán por él, maldiciendo mil veces, haber conocido el oro; sí hijo divino; así es y así será por los siglos de los siglos; será la última batalla que librará todo espíritu; batalla divina, que les librará por siempre jamás de las cadenas de la ambición; que les fué impuesto; por un maldito grupo que inventó el maldito dinero; ese yugo que no es árbol en mi divina creación; mis Sagradas Escrituras, no lo enseñan; ni lo enseñarán jamás; lo que ellas enseñan, es que toda riqueza no debe esclavizar a nadie; pues nadie es superior a otro en mi divina morada; eso representa una filosofía demoníaca; y es desconocida entre mis ángeles de amor; es por eso que es más fácil que entre un divino camello por el ojo de una aguja, que un rico en el Reino de los Cielos; sí hijo divino; así fué divinamente anunciado al mundo terrestre; se ha explicado en todos los idiomas del espíritu humano; para que nadie se queje; cuando llegue el llorar y crujir de dientes; pues todo rico no se justifica ante mí; es una deuda de la que debe rendir divina cuenta; ciertamente que si un rico trabajó y sudó por lograr la riqueza, el tal rico es perdonado; puesto que cumplió con mi divina ley del trabajo: Te ganarás el pan con el sudor de tu frente; eso le hace salvo; sólo le resta rendir divina cuenta, de como empleó la riqueza; y en qué grado sintió el dolor del hermano que sufría a su lado, por falta de medios; pues toda riqueza es un serio compromiso, que todo espíritu debe analizar; pues en mis divinos Mandamientos, el autor de la vida, no ordena a nadie enriquecerse; pues todo rico maldice el oro acumulado en la prueba de la vida; lo maldice con toda su alma; pues en mi divina morada solar, se ven escenas, de una tristeza tan desgarradora, que no se pueden explicar en lenguaje humano; allí el rico, el avaro, el usurero, el tirano y todo demonio que ha violado mis divinos Mandamientos, vé con sus propios ojos de espíritu, la divina eternidad; vé la gloria de mis ángeles, que provienen de infinitos mundos; de otras tantas moradas como la Tierra; los vé, y quisiera él también ir; pero no puede; ni podrá jamás; mientras que no pague la deuda contraída con el autor de su propia vida; toda violación que se hace en las pruebas de vida planetaria, es violación que algún día, se tendrá que rendir divina cuenta de ello; por lo tanto, a todo rico, sea individuo ó sea nación, sólo les queda un microscópico instante de paz; empieza para ellos, lo que por siglos ha estado escrito; pues toda luz debe llegar, en el instante preciso en que debe llegar; pues exsiste un divino cálculo en los acontecimientos, de cada individuo y cada mundo; este divino cálculo no pertenece al conocimiento humano; pues él pertenece a otro divino libre albedrío; no pertenece al libre pensar de los seres humanos; pues los seres de esta Tierra, poseen conocimientos limitados; propios de la vida de la carne; propios de un monito; que se cree grande en su morada planetaria; que mirada por otros gigantescos mundos, se vé un polvo perdido en la inmensidad, de mi infinito universo expansivo pensante; sí hijo divino; así es y así será por los siglos de los siglos; la Tierra hijo divino es observada por infinitas criaturas; la vienen observando desde cuando se desprendió de los soles Alfa y Omega; cuando era una microscópica chispita eléctrica; rodeada de infinitas ondas magnéticas; que atravesando infinitos y colosales soles, fué madurando y creciendo; como crecen y maduran los frutos; esta divina revelación, suscitará apasionantes discusiones entre los estudiosos de la Tierra; se levanta por fín el velo; nadie en la Tierra ha creído jamás, que de una simple y divina idea, salió un fruto; que en la eternidad del tiempo, se llamaría Tierra; esto significa que los humildes son los grandes en el Reino de los Cielos; significa que toda virtud que cada cual cultiva en la prueba de la vida, se materializa en gigantescos mundos; y significa que de toda espíritualidad, salió toda materia; y que la materia en virtud de su propio y divino libre albedrío, se reserva sus propias leyes; al igual que la criatura humana, se reserva su intimidad; la que es inviolable; y quien la viole, cuenta divina rinde; sí hijo divino; así es y así será por los siglos de los siglos; esto significa infinitos conceptos; entre ellos, la de que nada es imposible para el Señor; así fué divinamente enseñado, más, no profundamente explicado; aquí llegamos hijo divino, al divino por qué que toda mente se ha preguntado desde el principio de esta vida humana; el por qué no se comprende en su totalidad mi divina palabra; según el pensar de cada uno; yo, el divino Padre Jehova, así lo quise; lo quise en mi divino libre albedrío; así lo quise en mi divina intelectualidad viviente; ¿acaso, no fué enseñado que el Padre Jehova está en todas partes? estoy por lo tanto en las mentes de todos; ¿acaso no fué escrito que todo salió de mí? ¿acaso no se enseña que el divino Padre dijo: Hágase la luz, y la luz fué hecha? pues eso fué una divina idea-mental; es decir que de esta idea, salió la creación conocida, y las que se conocerán en toda eternidad; significa que toda vibración pensante es expansiva; que cada acción del espíritu, se materializa en otros espacios y otros tiempos; significa que ninguna idea muere; significa que todos mis hijos, llevan mi divina herencia; puesto que todos piensan; es decir, son microscópicos creadores, de microscópicos mundos; que en la eternidad de los tiempos y los espacios, llegarán a ser colosales mundos; cumpliendo así, la divina ley; de que hay que ser chiquitito y humilde, para ser grande en el Reino de los Cielos; esto significa que toda criatura pensante, según el término mundano, es divino producto de una divina idea; y que a la vez proviene de otra idea; esto significa que la criatura humana no es la primera; ni lo será jamás; los que fueron primeros son ahora brillantes soles de divina sabiduría; pero no lo saben todo; porque nadie es primero; sino el Padre; que en todas partes está; significa que todo espíritu humano tiene diversidad infinita de destinos galácticos; pues en ellos están las infinitas influencias solares; de las cuales nacieron los divinos soles Alfa y Omega; se toma como divino punto de partida de divino orígen a los soles Alfa y Omega; porque exsisten divinas alianzas en mi divina creación; alianzas solares y amorosas; estas desconocidas leyes solares, no las conoce aún el rebaño humano; pues, escrito fué, que al hombre no le es dado saberlo todo; pues su divino paso por este planeta, es divina prueba; es una divina ley propia del perfeccionamiento; por lo tanto toda divina escritura que sólo conduce al bién, es el divino código conque se juzjará y se premiará al mundo; pues toda Sagrada Escritura salió del Padre; concediéndoles a sus hijos solares de mayor avance intelectual, la divina misión de ser profetas; en todos los planetas de mi divino universo expansivo pensante; pues nadie es desheredado; nadie está sólo; en los infinitos espacios de mi divina creación; pues todos los planetas, desde que son chispitas eléctricas, salidas de colosales soles, viajan divinamente acompañados por invisibles guardianes; que viven en otros tiempos; otros espacios; entre éstas, el género humano ha descubierto a las naves plateadas; comúnmente llamadas platillos voladores; el dejarse ver, no es simple casualidad; es una divina ley de Revelación; en cada instante ocurre igual en otros mundos; toda divina Revelación es un divino avance planetario dentro de la evolución; es divina consecuencia de la imperfección; que en su libre albedrío, busca la perfección; se vá modelando, a medida que tiempo y espacio, se expanden en divina alianza amorosa; sí hijo divino; así es y así será por siempre jamás; las divinas escrituras es la única divina luz, que jamás se equivoca; el divino Padre Jehova, que desea lo mejor para sus hijos, la dá por divina herencia; a todo hijo planetario; divinas virtudes materializadas en colosales mundos; pues todo posee vida propia; las microscópicas moléculas, también tienen el divino derecho a progresar; sí así no fuera, no exsistiría una divina justicia justa y eterna; pues habrían demasiados tiranos con infinito poder; y esclavos en la más eterna ignorancia; por lo tanto, todo sabio del mundo, debe enseñar al resto, lo que sabe pues corre el riesgo de ser juzjado por egoísmo intelectual, en mi divina morada celestial; pues todo lo que ha hecho el espíritu en la prueba de la vida, es divinamente pesado; son las divinas Balanzas Solares, las que pesan toda divina intención de todo espíritu; esta divina justicia se explica así: toda intención, crea una divina virtud; la que a su vez, renace en una idea; la que a su vez, se satura de la propia individualidad, que la provocó; la divina justicia la reduce a divinos puntajes celestes; siendo la divina balanza de color rosado, la que juzja y premia todo acto mundano del espíritu; y la divina balanza celeste, juzja todo acto espíritual; todos los hechos, que nada tienen que ver con el mundo; pasajera morada, que cada espíritu pidió; para cumplir con la prueba de la vida humana; pues toda vida planetaria, es como una escuela para el espíritu; de él depende avanzar en mis infinitas moradas; ó rezagarse en el infinito camino de la perfección de toda vida; cada cual es dueño de su propio destino espíritual en las infinitas galáxias; pues, escrito fué: De las propias ideas, nacen sus propios mundos y paraísos; de toda y para toda eternidad; sí hijo divino; así es y así será por los siglos de los siglos.
Escribe: El Alfa y la Omega