ORÍGEN DE LAS MATEMÁTICAS EN LOS SOLES ALFA Y OMEGA; COMO NACIÓ EL PRIMER NÚMERO MENTAL; CADA PORO DE CARNE, ES UN NÚMERO VIVIENTE .-

Sí hijito; todo número viviente, participa en toda creación salida del Padre; y en todo número está también la herencia numeral viviente; lo viviente es numérico; y lo numérico viviente; las matemáticas nacen también, siendo primitivas; porque para llegar a los infinitos grados de la perfección, se hacen entre espíritus y números, infinitas alianzas vivientes; es así que en cada exsistencia que pide conocer el espíritu, conoce nuevos cálculos; conoce nuevas matemáticas; nuevas ciencias; todo espíritu, jamás cesará de conocer, en su eternidad, porque lo creado por el Padre, nó tiene ni principio ni fín; el Creador de toda vida, tanto arriba como abajo, puede ofrecerle a sus espíritus pensantes, tantas vidas, como ellos quieran; todo número pide también al Padre, conocer vidas, que nó conoce; porque todo número, al igual que todo espíritu, es infinitamente expansivo; todos, materia y espíritu, piden al Padre, expandir sus herencias creadoras; porque todo límite mental ó material, son relativos; el propio conocimiento vuestro, es relativo y eternamente subordinado, a vuestras propias acciones; hasta el Hijo Primogénito Solar Cristo, es subordinado al Padre; he aquí que toda subordinación, es viviente delante del Padre; de verdad os digo, que nadie pidió al Padre, ser subordinado de hombres; porque todo espíritu pensante, sabía que todo el infinito, fue creado por el Padre Jehova; y nó por los hombres; más aún, todos sabíais, que en el Reino de los Cielos, los llamados hombres, nó se conocen; de tan infinitos, son los Reinos del Macrocosmo; a los mundos-polvos, ó mundos de la carne, sólo son conocidos por el Padre Jehova, la divina Madre Solar Omega, y ciertos padres solares, que fueron profetas en la tierra; esta causa se debe, a que el infinito tiene sus leyes; y una de ellas, es que los que se creyeron únicos en
los lejanos mundos, son los más grandes desconocidos en el Reino de los Cielos; sólo el Padre es único; y en el Padre están la Madre y el Hijo; he aquí a la divina Trinidad; un divino concepto, por muchos negado; todo el que negó, quitándole poder al Padre, nó entrará al Reino de los Cielos; la
Trinidad es viviente; como es viviente, todo cuanto vuestra boca habló, en la prueba de la vida; porque siendo todos iguales en derechos delante de Dios, es que cada letra, sílaba, sonido, articulación, poseen también su Santísima Trinidad; porque nadie es menos, delante del Padre; ni el microbio ni la molécula, lo son; microbio y molécula, poseen también su Trinidad; nadie es desheredado en la creación del Padre; he aquí que todos los que negaron, tendrán su llorar y crujir de dientes; porque un inmenso ejército de seres vivientes y de infinitas formas geométricas, los acusarán delante del Padre; cuando una criatura niega al Padre, aunque sea en una molécula, la negación corresponde a un todo sobre el todo; porque todo lo que se expresó en la prueba de la vida, fué pedido como prueba, por toda molécula de carne; y por toda virtud, salida del espíritu; nadie pidió ser indiferente a nadie; carne y espíritu, se aprobaron mutuamente en sus leyes; es por esto, que todo lo que hace y siente un espíritu, lo siente igualmente la carne; lo viviente es un todo durante la vida; y ese todo, vuelve a separarse, en la divina presencia del Padre; porque antes de haberse prometido vida, materia y espíritu, eran libres; disfrutando todos, sus libres albedríos vivientes; he aquí el llorar y crujir de dientes, de todo espíritu que violó la ley del Padre; de todo inmoral; de todo escandaloso; de todo vicioso; porque hasta su número viviente, que participó en su propia reencarnación, lo acusará de nó haber cumplido, lo que prometió al Padre, por sobre todas las cosas imaginables; he aquí el llorar y crujir de dientes, de todos los que vivieron, influenciados, por las extrañas costumbres, salidas del extraño sistema de vida del oro; porque tales costumbres y tal sistema, nó fue pedido por nadie; y lo que nó se pide, nó está escrito en el Reino de los Cielos.-

Sí hijito; todo número viviente, participa en toda creación salida del Padre; y en todo número está también la herencia numeral viviente; lo viviente es numérico; y lo numérico viviente; las matemáticas nacen también, siendo primitivas; porque para llegar a los infinitos grados de la perfección, se hacen entre espíritus y números, infinitas alianzas vivientes; es así que en cada exsistencia que pide conocer el espíritu, conoce nuevos cálculos; conoce nuevas matemáticas; nuevas ciencias; todo espíritu, jamás cesará de conocer, en su eternidad, porque lo creado por el Padre, nó tiene ni principio ni fín; el Creador de toda vida, tanto arriba como abajo, puede ofrecerle a sus espíritus pensantes, tantas vidas, como ellos quieran; todo número pide también al Padre, conocer vidas, que nó conoce; porque todo número, al igual que todo espíritu, es infinitamente expansivo; todos, materia y espíritu, piden al Padre, expandir sus herencias creadoras; porque todo límite mental ó material, son relativos; el propio conocimiento vuestro, es relativo y eternamente subordinado, a vuestras propias acciones; hasta el Hijo Primogénito Solar Cristo, es subordinado al Padre; he aquí que toda subordinación, es viviente delante del Padre; de verdad os digo, que nadie pidió al Padre, ser subordinado de hombres; porque todo espíritu pensante, sabía que todo el infinito, fue creado por el Padre Jehova; y nó por los hombres; más aún, todos sabíais, que en el Reino de los Cielos, los llamados hombres, nó se conocen; de tan infinitos, son los Reinos del Macrocosmo; a los mundos-polvos, ó mundos de la carne, sólo son conocidos por el Padre Jehova, la divina Madre Solar Omega, y ciertos padres solares, que fueron profetas en la tierra; esta causa se debe, a que el infinito tiene sus leyes; y una de ellas, es que los que se creyeron únicos en
los lejanos mundos, son los más grandes desconocidos en el Reino de los Cielos; sólo el Padre es único; y en el Padre están la Madre y el Hijo; he aquí a la divina Trinidad; un divino concepto, por muchos negado; todo el que negó, quitándole poder al Padre, nó entrará al Reino de los Cielos; la
Trinidad es viviente; como es viviente, todo cuanto vuestra boca habló, en la prueba de la vida; porque siendo todos iguales en derechos delante de Dios, es que cada letra, sílaba, sonido, articulación, poseen también su Santísima Trinidad; porque nadie es menos, delante del Padre; ni el microbio ni la molécula, lo son; microbio y molécula, poseen también su Trinidad; nadie es desheredado en la creación del Padre; he aquí que todos los que negaron, tendrán su llorar y crujir de dientes; porque un inmenso ejército de seres vivientes y de infinitas formas geométricas, los acusarán delante del Padre; cuando una criatura niega al Padre, aunque sea en una molécula, la negación corresponde a un todo sobre el todo; porque todo lo que se expresó en la prueba de la vida, fué pedido como prueba, por toda molécula de carne; y por toda virtud, salida del espíritu; nadie pidió ser indiferente a nadie; carne y espíritu, se aprobaron mutuamente en sus leyes; es por esto, que todo lo que hace y siente un espíritu, lo siente igualmente la carne; lo viviente es un todo durante la vida; y ese todo, vuelve a separarse, en la divina presencia del Padre; porque antes de haberse prometido vida, materia y espíritu, eran libres; disfrutando todos, sus libres albedríos vivientes; he aquí el llorar y crujir de dientes, de todo espíritu que violó la ley del Padre; de todo inmoral; de todo escandaloso; de todo vicioso; porque hasta su número viviente, que participó en su propia reencarnación, lo acusará de nó haber cumplido, lo que prometió al Padre, por sobre todas las cosas imaginables; he aquí el llorar y crujir de dientes, de todos los que vivieron, influenciados, por las extrañas costumbres, salidas del extraño sistema de vida del oro; porque tales costumbres y tal sistema, nó fue pedido por nadie; y lo que nó se pide, nó está escrito en el Reino de los Cielos.-