Sí hijo divino; así es: esta parábola, significa el pensar en el bién general; simboliza todas las filosofías, que han sido producto, de la inteligencia humana; todo país; todo mundo; toda familia y todo individuo, necesita un guía; necesita ser guiado; pues nadie sabe a que atenerse; nadie sabe a donde vá, ni de donde viene; más, deberían saberlo; este divino saber, es la sal de toda vida eterna; pues es gustar del divino fruto de mis divinos Mandamientos; es glorificar la sal eterna, en cada acto de la vida pasajera; sin mi divina luz intelectual, nadie logra la verdadera sal, del fruto de la vida; nadie podrá jamás, conquistar, felicidad alguna; sí hijo divino; así es y así será en todas las infinitas vidas; del infinito universo expansivo pensante; nadie tiene una sal, que no sea mía; todo lo que la criatura prueba y gusta, de mí, ha salido; yo, lo he permitido; más, todo cuesta esfuerzo, según los mundos; a nadie se le dá la divina sal, si no es por sus propios méritos; por sus propias determinaciones; en su divino libre albedrío; nadie tiene derecho, a perturbar, las ideas de otro hijo; a no ser, que lo …